En 2011, más de 35 mil niñas y adolescentes no estudiaban y realizaban trabajos domésticos no remunerados en México.
En el marco del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que se conmemoró este 30 de marzo, el Sistema Local de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (SIDNNA) reafirma su compromiso por garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a una vida sin explotación laboral.
El trabajo doméstico es uno de los menos visibles en México y más discriminados. Con dificultad se ha entrevisto la situación de personas adultas que laboran en el hogar, pero las niñas y las adolescentes que desde edades tempranas realizan trabajos domésticos, son totalmente invisibilizadas y vulneradas en sus derechos.
De acuerdo con datos del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de 2011, 675 mil 694 personas entre 5 y 17 años realizaban quehaceres domésticos, de las cuales 50 mil 260 (7.4%) no asistía a la escuela. La gran mayoría (70.3%) eran niñas, lo que equivale a 35 mil 327 niñas y adolescentes en imposibilidad de ejercer su derecho a la educación y realizar trabajos no remunerados, evidenciando grandes diferencias de género que refuerzan los roles y estereotipos establecidos tradicionalmente en torno a la división del trabajo por sexo.
Cabe destacar que no todas las tareas realizadas por niñas, niños y adolescentes deben clasificarse como explotación laboral que se ha de eliminar; por lo general, la participación de niñas, niños y adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con sus demás derechos, se considera positiva.
Actividades como la ayuda en el hogar o la colaboración en un negocio familiar, son provechosas para el desarrollo de la niñez y el bienestar de la familia, ya que les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta.
Ante este panorama, el SIDNNA empleó la campaña “No apto para menores de 15 años”, que tiene como objetivo concientizar e informar a personas adultas, sobre lo que está considerado como explotación laboral hacia la niñez y adolescencia y lo que no.
Asimismo, se impartió información para reconocer cuáles son las diferencias entre la participación positiva en las actividades del hogar o familiares y la explotación laboral.
En 2014, el Congreso determinó que la edad mínima para trabajar y recibir pago bajo ciertas condiciones es de 15 años. El trabajo en personas menores de 15 años está prohibido.
Lo anterior se complementa con la ratificación de México del Convenio 138 de la OIT, sobre la edad mínima de admisión al empleo. Este Convenio está dirigido a elevar progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, con el objetivo principal de garantizar que niñas, niños y adolescentes puedan asistir a la escuela y ejercer sus demás derechos.
La Convención Sobre los Derechos del Niño (CDN) reconoce en su artículo 32 el derecho a la protección de la niñez contra la explotación económica y el desempeño de cualquier trabajo peligroso o que interfiera con su educación, sea nocivo para su salud y su desarrollo físico y psicológico. También desde la promulgación de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes se hace explícito que son titulares de derechos y que debe evitarse su explotación.
Las adolescentes que trabajen en el hogar deben recibir los beneficios legales que el Estado Mexicano tutela. De esa forma, tienen derecho a un salario digno, jornada laboral justa, seguro social, vacaciones, aguinaldo, indemnización y trato respetuoso.
Por ello, el SIDNNA considera necesario redoblar esfuerzos para disponer de estrategias apropiadas e integrales que permitan a la niñas, niños y adolescentes que trabajan en labores domésticas, hacer realidad el derecho a una vida libre de explotación económica, el derecho a la educación, al juego, al esparcimiento y a participar en la vida cultural y social de sus comunidades.