Trompos, muñecas de trapo, baleros, autos de madera, trascabos artesanales, camiones y camionetas tallados, juegos de té, guitarras, sonajas, yoyos, tambores de mano, instrumentos musicales, matracas, títeres y muchos otros más son la oferta que las y los capitalinos pueden hallar en cualquiera de los 14 mercados públicos de Oaxaca de Juárez, los cuales se han constituido en baluartes del juguete tradicional.
En un recorrido realizado por los pasillos y casetas de los mercados, principalmente el Benito Juárez Maza y 20 de Noviembre del Centro Histórico de la capital, los visitantes aún pueden encontrar locales que expenden juguetes artesanales que, como señala la locataria Olivia Casas “se vende todo el año, pero con un poco más de demanda para las festividades de Día de Reyes Magos”.
Concesionarios de los centros comerciales coincidieron con autoridades municipales en la necesidad de fomentar, conservar y divulgar el uso y la adquisición del juguete tradicional que estimula la convivencia familiar, la imaginación de las niñas y los niños y permite trasmitir de generación en generación las tradiciones oaxaqueñas.
Los juguetes artesanales son más resistentes y económicos que el plástico, señaló Socorro López, comerciante con más de 60 años establecida en la caseta 296 del mercado Benito Juárez Maza quien, al igual que Olivia Casas, exhortan a las madres y los padres de familia para recordar los juegos de su infancia y trasmitirlos a la niñez oaxaqueña.
Y es que en los centros comerciales públicos de la capital es posible encontrar muñecas artesanales, comedores, alacenas o grandes camiones elaborados en madera por las manos mágicas de artesanos oaxaqueños que, provenientes de diversas comunidades de Valles Centrales, nutren la oferta de juguetes que ofrecen las y los locatarios.
Alex y Nadia, turistas alemanes que recorrieron el Mercado de Artesanías, se mostraron sorprendidos con los juguetes de madera. Explican su admiración ante el juego tradicional y la manera en que las y los oaxaqueños conservan sus costumbres. Al tomar en sus manos un trompo, un camión de madera y una muñeca, los visitantes señalan la abismal diferencia con artefactos electrónicos que hacen monótona la diversión.