La etapa proselitista de la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz llega a su fin con un cierre de campaña marcado por un notable giro hacia el electorado conservador. En sus últimos discursos, Gálvez ha adoptado un tono más afín a las derechas, buscando atraer a los votantes que inicialmente la veían con recelo.
Ayer, durante un evento en San Juan del Río, Querétaro, Xóchitl Gálvez empleó la expresión «¿Hasta cuándo vamos a despertar, carajo?», variando una frase célebre del presidente argentino Javier Milei. Este cambio de retórica forma parte de su esfuerzo por consolidar el apoyo de la derecha, destacando temas de seguridad y la necesidad de acabar con «la fiesta de los criminales».
En el tercer y último debate presidencial, Gálvez hizo alusiones al ateísmo de su rival, Claudia Sheinbaum, criticándola por portar una falda con la Virgen de Guadalupe durante una visita al Papa Francisco. Este enfoque continuó en los días posteriores, subrayando diferencias ideológicas y valores tradicionales.
El 14 de mayo, Gálvez Ruiz se distanció parcialmente de la agenda ultraconservadora del PAN, la cual incluía puntos como la oposición al aborto y la defensa de la familia tradicional. A pesar de este distanciamiento, su campaña ha visto un viraje estratégico hacia los valores conservadores, destacando la importancia de la familia y la unidad nacional.
En su último día de campaña, Gálvez habló en Los Reyes La Paz, Estado de México, sobre la defensa de la familia y en Monterrey, Nuevo León, destacó la unión de los partidos PAN, PRI y PRD en defensa de la patria, subrayando que «antes que partido, tenemos Patria».
En su discurso final en Monterrey, Gálvez matizó su mensaje con un tinte confesional, afirmando que el gobierno actual está «muerto de miedo» y asegurando a sus seguidores que «Dios está con nosotros, tengan fe. Si Dios está conmigo ¿quién contra mi? ¡Viva México!». Con este mensaje, Gálvez busca cerrar su campaña con un llamado a la fe y la unidad, prometiendo ser una presidenta que defenderá los valores y la seguridad de todos los mexicanos.
En los momentos finales de su campaña presidencial, Xóchitl Gálvez regresó a sus raíces en Tepatepec, Hidalgo, para cerrar un ciclo que comenzó hace más de 40 años. En su discurso, llamó a sus familiares, vecinos y a todos los mexicanos a votar por ella el próximo 2 de junio, con la promesa de defender la democracia y abrir las puertas de Palacio Nacional.
Durante su alocución, Gálvez destacó la importancia de sus orígenes y valores, refiriéndose a ellos como un «árbol milenario». Reiteró su confianza en la victoria, afirmando que su oponente es un «falso ídolo con pies de barro» que está destinado a caer.
Acompañada de su familia y observada por los habitantes de Tepatepec, Xóchitl hizo un llamado a la fe y la unidad, asegurando que con el apoyo de su comunidad y del país, se convertirá en la primera presidenta de México.
