El abogado Manuel Galván Espinosa busca, a través de la administración pública municipal, garantizar una vida sana para niñas, niños y adolescentes
El amarillo de res le sabe a mamá. “Mi madre cocina riquísimo, en mi cumpleaños me guisaba lo que le pedía”. Manuel nunca se dio cuenta, en su infancia, cómo era la solvencia económica en su familia.
“Recuerdo que mi mamá en primaria me preparaba una torta y una pequeña ánfora con agua porque es lo que tenía en sus posibilidades. Nos lo daba con cariño y amor. No me quejo de eso”.
Manuel Galván Espinosa es el más pequeño de tres hermanos. Estudió leyes y un posgrado en Derecho Privado. El mayor es ginecólogo y el de en medio estudió Ingeniería de Alimentos en la Ciudad de México.
Su primer trabajo fue al cursar la preparatoria, “mi mamá nos metió a trabajar a los tres para que viéramos cómo se ganaba el dinero, a mi hermano el mayor lo metió a un estacionamiento, al otro a una imprenta”.
A Manuel le tocó trabajar en el velatorio del DIF los fines de semana. “Estaba en el área de atención, me encargaba de los trámites, actas de defunción, permisos de traslado (…) algo que no me gustó mucho es que cuando faltaba la del aseo tenía que entrarle, lavar la cocina, el sanitario, barrer el patio, lo que ni en mi casa”.
Algunas veces lo asignaron como chofer de la carroza fúnebre, “lo que me impactó era trasladar los cuerpos de los bebés, es tan triste”.
Su papá trabajaba en la Dodge para posteriormente ingresar al Instituto Tecnológico de Oaxaca y su mamá ayudaba con la venta de alhajas, llevó un curso de enfermería y la buscaban para que aplicara inyecciones o pusiera sueros, “me platicó que con eso sacaba para darnos para el recreo”.
Manuel se especializó en las ramas del derecho civil, mercantil y familiar, “a veces la situación es tan deprimente que ni les cobro”. Su interés principal, en el caso de los divorcios, son los infantes.
“Nos olvidamos como adultos de ellos, se nos olvida el impacto que les causa, la problemática de la pareja pareciera importar más, siempre les digo que no estoy de parte de ninguno, que piensen en lo que sea mejor para los niños”.
Hace cuatro años llevó un asunto que no se le olvida. Una adolescente de 16 con dos bebés, el papá de 17. Una familia desintegrada, la mamá de ella tenía un bar, su hermana se dedicaba a fichar, “no era el mejor ambiente para los nenes. Se peleó y se quedaron con el papá”.
El abogado Manuel Galván Espinosa se integró a la planilla de Raúl Castellanos a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez por el partido Redes Sociales Progresistas para ayudar a los sectores más desprotegidos, como los niños.
Quiere crear una oficina para dar asesoría legal al público en general, con un departamento exclusivo para la atención a los infantes, “rescatar a los que sufren violencia en casa, se les nombraría un tutor y un defensor”.
El abogado considera primordial que sus necesidades básicas sean satisfechas, que su vida se desarrolle en un ambiente familiar sano, garantizar su bienestar físico, psicológico y emocional, “no sólo son el futuro de Oaxaca, sino se debe acatar su derecho a una vida feliz”.