CIUDAD DE PUEBLA, Pue.- A través del proyecto Puebla Resiliente Ante Desastres, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) elaboró los primeros 17 programas municipales de resiliencia en el país, referentes a deslizamiento de laderas e inundaciones, incendios forestales y riesgo volcánico.
Al respecto, la titular de la SMADSOT, Beatriz Manrique Guevara explicó que la resiliencia es la capacidad de adecuarse y superar situaciones adversas, obstáculos, problemas de salud o de diversa índole que representen riesgo para la vida, así como pérdidas ambientales y económicas, de ahí la importancia de elaborar mapas de los peligros hidrometereológicos y geológicos que son un importante insumo para la elaboración de los Atlas de Riesgos de cada municipio.
Con estos programas municipales de resiliencia, elaborados de manera participativa entre la SMADSOT, PNUD y los 17 municipios seleccionados por su grado de riesgo, Puebla generó estrategias de respuesta ante emergencias a nivel estatal y municipal y, además, fueron fortalecidas las capacidades institucionales mediante la realización de 101 talleres de capacitación en los que participaron alrededor de 900 personas.
Las demarcaciones que fortalecieron estrategias respecto a deslizamiento de laderas e inundaciones son Tetela de Ocampo, Aquixtla, Cuautempan, Huitzilan de Serdán, Ixtacamaxtitlán, Tepetzintla, Xochiapulco y Xochitlán de Vicente Suárez;
mientras que las demarcaciones donde hay vigilancia especial por probables incendios son Tlachichuca, Aljojuca, San Nicolás Buenos Aires y San Salvador el Seco. En cuanto a mayor exposición a riesgo volcánico fueron considerados Atlixco, Cohuecan, Huaquechula, Tianguismanalco y Tochimilco.
Manrique Guevara dijo que Puebla, por su ubicación geográfica y condiciones socio-ambientales, está expuesto a una gran variedad de peligros naturales, por lo que este año serán integrados 15 municipios más con el objetivo de mejorar la sostenibilidad de los procesos de planeación territorial para proteger el medio ambiente, así como mitigar el riesgo de desastres y los efectos del cambio climático.
Lo anterior con la finalidad de identificar y analizar las causas del riesgo, para posteriormente construir estrategias que permitan reducir la construcción de nuevos riesgos y transitar hacia procesos de desarrollo sostenibles.